Metal Gear Solid V: The Phantom Pain para Xbox One trae la legendaria franquicia al mundo del juego de mundo abierto, un cambio de rumbo en su narrativa tradicional lineal. El director Hideo Kojima da un paso audaz al expandir el universo de Metal Gear Solid, brindándonos el capítulo final en la historia de Big Boss.
El juego comienza después de los eventos de Metal Gear Solid V: Ground Zeroes, sumergiendo a los jugadores en un extenso mundo abierto que es tanto impresionante como inmersivo. La atención al detalle en los entornos es realmente asombrosa, desde las densas selvas hasta los desiertos desolados. Explorar este vasto mundo es una alegría para cualquier jugador nostálgico, recordando la exploración que se encuentra en los juegos clásicos.
Una de las características destacadas de Metal Gear Solid V: The Phantom Pain son sus ingeniosos mecánicos de juego. La capacidad de abordar misiones desde múltiples ángulos, ya sea a través del sigilo o el asalto directo, permite a los jugadores adaptar verdaderamente su experiencia a su estilo de juego. Es esta jugabilidad dinámica la que atrae a los jugadores, evocando recuerdos nostálgicos de los enfoques innovadores que se encuentran en los juegos retro.
Los gráficos de Metal Gear Solid V: The Phantom Pain son visualmente impresionantes, mostrando el poder de la consola Xbox One. Los modelos de personajes son increíblemente detallados, capturando la emoción y complejidad de los personajes, mientras que la iluminación y los efectos aumentan la inmersión. Es un festín visual para los ojos y que nos recuerda los días de los juegos clásicos, donde los gráficos jugaban un papel importante en sumergir a los jugadores en el mundo.
Sin embargo, aunque Metal Gear Solid V: The Phantom Pain destaca en muchas áreas, flaquea en algunos aspectos. La historia, un sello distintivo de la serie Metal Gear Solid, se siente poco desarrollada y carece de la profundidad que se encuentra en sus predecesores. Esto puede dejar a los fans de toda la vida anhelando las narrativas intrincadas que definieron los juegos anteriores de la serie.
Además, el ritmo del juego también puede ser motivo de controversia. A menudo se siente lento, con un énfasis significativo en misiones secundarias repetitivas que pueden restar importancia a la historia principal. Si bien esto puede atraer a los completistas, puede dejar a otros buscando una experiencia más fluida reminiscente de los juegos retro que capturaron sus corazones.
En general, Metal Gear Solid V: The Phantom Pain para Xbox One brinda una experiencia mixta. Su juego de mundo abierto y sus impresionantes gráficos brindan una sensación nostálgica, reminiscente de los juegos clásicos que dieron forma a la industria. Sin embargo, la historia poco desarrollada y los problemas de ritmo impiden que alcance las mismas alturas que sus predecesores. Si bien ciertamente es disfrutable, puede que no cumpla con las expectativas de los fanáticos acérrimos de la franquicia.