Diablo III: Eternal Collection para Switch es una adición muy esperada a la biblioteca de Nintendo, ofreciendo a los jugadores la oportunidad de asumir el papel de seis personajes únicos en su búsqueda por proteger a la humanidad. Con la opción de cruzado, bárbaro, médico brujo, cazador de demonios, monje o mago, los jugadores se sumergirán en un vasto mundo lleno de mazmorras, tesoros e intensas batallas.
Uno de los aspectos más atractivos de Diablo III: Eternal Collection es la capacidad de recolectar botín legendario. Esta característica devuelve la sensación de descubrimiento y emoción que era tan prevalente en los clásicos juegos retro. Encontrar objetos raros y poderosos se siente increíblemente gratificante, y la búsqueda del equipo perfecto se convierte en una fuerza impulsora para los jugadores.
Blizzard Entertainment, los genios detrás del juego, han hecho un trabajo admirable al llevar Diablo III a Switch. La portabilidad de la consola permite a los jugadores adentrarse en el oscuro y escalofriante mundo de Diablo III en cualquier momento y lugar, lo cual es una experiencia nostálgica que recuerda los viejos tiempos de los juegos portátiles.
Sin embargo, hay que destacar que Diablo III: Eternal Collection tiene ciertas deficiencias, lo que resulta en una experiencia menos que perfecta. La calificación general de 4/10 refleja los problemas que impiden que este juego alcance su máximo potencial. Una de las principales críticas radica en la falta de innovación y la ausencia de una historia realmente cautivadora. Si bien la mecánica de juego y el combate son sólidos, la narrativa no logra cautivar a los jugadores y carece de la profundidad y complejidad que se encuentran en los clásicos juegos retro.
Además, los gráficos, aunque no son revolucionarios, ofrecen un entorno pulido y detallado que captura la esencia de la serie Diablo. La estética oscura y gótica es un homenaje deliberado a la era clásica de los videojuegos, evocando una sensación de nostalgia para los fanáticos de la franquicia. La elección de preservar el estilo icónico del juego agrega una capa adicional de autenticidad y encanto.
En conclusión, Diablo III: Eternal Collection para Switch ofrece una combinación de jugabilidad cautivadora, estética nostálgica y una historia poco emocionante. Si bien el juego no alcanza la grandeza, aún logra proporcionar una experiencia atractiva para los fanáticos del género. Aunque no es una adición revolucionaria a la biblioteca de Nintendo, vale la pena jugarlo para aquellos que buscan un viaje nostálgico al mundo de los clásicos juegos retro.