Rad Rodgers intenta capturar la esencia de los plataformas de PC de los años 90, tomando inspiración de queridos clásicos como Commander Keen, Conker, Ruff'n'Tumble y Jazz Jackrabbit. Como entusiasta experimentado de los juegos retro, no pude evitar sentir un destello de emoción al adentrarme en esta aventura nostálgica.
A nivel visual, Rad Rodgers desprende un encantador aire retro, con un vibrante arte de píxeles y niveles detallados que rememoran la era dorada de los plataformas. Es evidente que los desarrolladores de THQ Nordic pusieron mucho esfuerzo en recrear la estética de los juegos clásicos. Desde los coloridos entornos hasta las encantadoras animaciones de los personajes, cada elemento se siente como un homenaje amoroso a los plataformas que moldearon nuestros recuerdos de juegos.
Desafortunadamente, la jugabilidad no logra capturar la misma magia que sus predecesores. Aunque Rad Rodgers muestra inicialmente promesa con controles precisos y mecánicas de plataformas familiares, en última instancia carece de la profundidad e innovación necesarias para destacar en un género saturado. Los niveles resultan repetitivos y no ofrecen momentos verdaderamente memorables ni desafíos únicos que elevarían la experiencia más allá de la simple nostalgia.
Un aspecto redentor de Rad Rodgers es la inclusión de algunos personajes famosos de los años 90, como Duke Nukem. Estas apariciones añaden un emocionante toque nostálgico y brindan breves momentos de deleite para aquellos que crecieron junto a estos personajes icónicos. Es una adición inteligente que agrega un encanto extra a una experiencia por lo demás basada en una fórmula.
A pesar de su apelación nostálgica y sus encantadores gráficos, Rad Rodgers se queda corto tanto en jugabilidad como en ejecución general. La falta de diseños de niveles inventivos y momentos memorables hace difícil recomendarlo a cualquiera más allá de los fanáticos acérrimos de los juegos retro. Es decepcionante presenciar cómo un potencial tan grande no se aprovecha, ya que las bases están ahí para una aventura verdaderamente notable inspirada en los clásicos.
En conclusión, Rad Rodgers intenta capturar el espíritu de los plataformas de los años 90 y rinde homenaje a los clásicos de esa época. Aunque los gráficos y los toques nostálgicos evocan un verdadero aprecio, la jugabilidad en sí misma no logra encender la misma entusiasmo. Es una lástima ver cómo un título con tanto potencial no cumple en términos de originalidad y diseño de niveles. En última instancia, Rad Rodgers solo puede atraer realmente a los aficionados acérrimos de los juegos retro que buscan un sabor del pasado.