New Gundam Breaker es un ambicioso intento de Bandai Namco por capturar la esencia de la clásica franquicia de Gundam e incorporarla a una experiencia de juego moderna. Si bien el concepto es prometedor, la ejecución resulta insatisfactoria y no cumple con las expectativas de los aficionados experimentados de los videojuegos retro.
Uno de los principales atractivos de New Gundam Breaker es la capacidad de romper, construir y luchar con tu propio Gunpla. Esta característica evoca los días en que podías crear y personalizar tus propias creaciones de robots, un elemento básico de muchos amados videojuegos retro. Es un guiño nostálgico que seguramente cautivará a los fans de los juegos clásicos.
Desafortunadamente, la jugabilidad en sí carece de profundidad y precisión, algo que muchos jugadores vintage ya esperan. Los controles pueden sentirse torpes y poco responsivos, lo que dificulta ejecutar movimientos precisos o sumergirse por completo en las intensas batallas. Esta falta de pulido y atención al detalle es decepcionante, especialmente para aquellos que anhelan una experiencia verdaderamente auténtica de juego retro.
Los gráficos en New Gundam Breaker también dejan mucho que desear. Si bien son decentes, carecen del encanto y la autenticidad de los juegos clásicos retro. El estilo artístico se siente genérico y no logra capturar el aspecto distintivo de la serie original de Gundam. Esta falta de atención al detalle es una oportunidad perdida para crear una experiencia visualmente inmersiva que realmente provoque nostalgia.
Además, el modo cooperativo en New Gundam Breaker es una adición bienvenida, ya que permite a los jugadores unirse a amigos en intensas batallas de 3 contra 3. Este aspecto multijugador no solo agrega jugabilidad, sino que también se suma a la naturaleza social de los juegos retro, donde jugar con amigos y participar en una competencia amistosa era una parte quintesencial de la experiencia.
En última instancia, New Gundam Breaker no logra proporcionar la experiencia nostálgica de juego retro que promete. Si bien el concepto de construir y luchar con Gunplas es innegablemente atractivo, los controles torpes, los gráficos mediocres y el estilo artístico genérico evitan que alcance todo su potencial. Para los aficionados experimentados de los juegos retro que buscan una experiencia auténtica e inmersiva, esta última entrega de la serie podría no estar a la altura de las expectativas.