Dishonored 2, la esperada secuela del querido original, sitúa a los jugadores en los zapatos de Corvo Attano o Emily Kaldwin, dos intrigantes protagonistas con habilidades y estilos de juego distintos. Como un experimentado entusiasta de los videojuegos retro, no puedo evitar apreciar el compromiso del juego con la jugabilidad basada en elecciones, reminiscente de los títulos clásicos que despertaron por primera vez mi amor por el medio.
Visualmente, Dishonored 2 emana un encanto único, mezclando una estética inspirada en la época victoriana con un toque de steampunk. La atención al detalle en los entornos es un testimonio del compromiso de los desarrolladores de crear un mundo inmersivo que se sienta vivo. Desde las calles empedradas de Karnaca hasta las mansiones deterioradas, cada ubicación cuenta una historia, evocando una sensación de nostalgia por las atmósferas de antaño.
Donde Dishonored 2 brilla verdaderamente es en su mecánica de juego. Como periodista veterano de los videojuegos retro, es refrescante ver un juego que fomenta a los jugadores a abordar las situaciones a su manera. Ya sea que elijas un enfoque sigiloso, utilizando las sombras para eliminar silenciosamente a tus enemigos, o abraces un estilo de juego más agresivo, el juego se adapta a tus decisiones, brindando una experiencia dinámica que se siente personalizada para cada jugador.
Las habilidades otorgadas a nuestros protagonistas no sólo nos recuerdan a juegos clásicos, sino que también son increíblemente satisfactorias de usar. Como Corvo Attano, tienes acceso a una variedad de poderes sobrenaturales, mientras que las habilidades únicas de Emily Kaldwin ofrecen aún más opciones de juego. Experimentar con estos poderes, encontrar formas creativas de superar obstáculos y llevar a cabo asesinatos sigilosos, todo evoca una sensación de nostalgia por la libertad y emoción presentes en los clásicos de los videojuegos retro.
Desafortunadamente, Dishonored 2 tiene sus fallas, que restan ligeramente de lo que habría sido una experiencia estelar. El juego sufre de problemas técnicos, especialmente en la plataforma PlayStation 4. Si bien estos problemas no arruinan el juego por completo, pueden interrumpir la inmersión e obstaculizar la experiencia general. Además, algunos jugadores han reportado una falta de valor de repetición, ya que las elecciones hechas a lo largo del juego pueden no tener consecuencias significativas como se prometió inicialmente.
En conclusión, Dishonored 2 captura con éxito la esencia de los juegos clásicos, ofreciendo a los jugadores una experiencia basada en elecciones llena de nostalgia y emoción. La atención al detalle del juego, los entornos visualmente impresionantes y las satisfactorias mecánicas de juego lo convierten en una adición valiosa a la colección de cualquier entusiasta de los videojuegos retro. A pesar de algunos problemas técnicos y decepciones menores en términos de valor de repetición, Dishonored 2 resulta ser un viaje que vale la pena emprender, obteniendo en última instancia una respetable calificación de 4.5 sobre 10.