Como entusiasta experimentado de los videojuegos retro, hay algo agridulce en sumergirse en Tekken Revolution para PlayStation 3. Por un lado, evoca una sensación de nostalgia y trae de vuelta recuerdos de la clásica franquicia de Tekken que cautivó a los aficionados de los juegos de lucha durante años. Por otro lado, se queda corto en varios aspectos, dejando una impresión tibia que persiste bajo la superficie.
No se puede negar el atractivo del modelo de juego gratuito de Tekken Revolution, que ofrece a los jugadores la oportunidad de volver al intenso mundo de Tekken sin tener que vaciar sus carteras. Es un gesto generoso de Namco Bandai Games, que recuerda los tiempos en que los juegos no eran tan monetizados y se centraban más en ofrecer una experiencia excepcional. El encanto nostálgico de tal propuesta no puede ser exagerado.
Sin embargo, a medida que uno se adentra más en Tekken Revolution, queda claro que el juego carece de la profundidad y el pulido de sus predecesores. El elenco de personajes jugables, aunque impresionante a primera vista, se siente desequilibrado e incompleto. La ausencia de favoritos de los fans y la inclusión de personajes que no encajan del todo en el universo de Tekken es desconcertante, dejando un vacío que no se puede pasar por alto fácilmente.
Además, los mecanismos de juego, aunque familiares, carecen de la elegancia y la complejidad que hicieron que los juegos originales de Tekken fueran memorables. Los controles se sienten torpes y imprecisos, lo que lleva a la frustración en lugar de la satisfacción de ejecutar movimientos precisos. Es una desviación drástica de la fluidez y responsividad por las que se conocía a la franquicia, y una decepción para los fans de toda la vida.
Visualmente, Tekken Revolution se desempeña mejor, capturando la esencia de los juegos originales con sus vibrantes diseños de personajes y entornos bellamente renderizados. Las emblemáticas etapas, como el Dojo Mishima o la Arena del Rey, infunden una sensación de nostalgia difícil de resistir. Es una lástima que estas delicias visuales no vengan acompañadas de una experiencia de juego que esté a la altura del legado de la franquicia.
En conclusión, Tekken Revolution para PlayStation 3 evoca emociones encontradas en los entusiastas de los videojuegos retro. Si bien trae de vuelta recuerdos de la querida franquicia y ofrece una experiencia gratuita, se queda corto al capturar la esencia y la profundidad que hicieron que los juegos originales fueran tan cautivadores. Es un esfuerzo agridulce que deja un sabor de potencial no realizado. Para aquellos que buscan una verdadera experiencia de Tekken, puede ser más sabio volver a visitar las entradas clásicas de la franquicia en lugar de embarcarse en esta revolución.