En Sacred Citadel, Deep Silver nos lleva de vuelta a la gloriosa era de los juegos de lucha de desplazamiento lateral. Como entusiasta experimentado de los juegos retro, encuentro un cierto encanto en los títulos que rinden homenaje a las mecánicas clásicas de juego. Sin embargo, aunque Sacred Citadel captura la esencia nostálgica de sus predecesores, lamentablemente se queda corto en cuanto a la ejecución general.
Uno no puede evitar admirar el impresionante estilo artístico del juego. Los visuales dibujados a mano exudan una atmósfera vibrante y colorida que recuerda a las clásicas máquinas recreativas. Desde frondosos bosques hasta traicioneras mazmorras, la variedad de entornos añade un toque de maravilla al mundo del juego.
El juego, aunque disfrutable en algunos momentos, puede sentirse algo repetitivo y carece de la profundidad que uno esperaría. Se adhiere a la fórmula probada y comprobada de los juegos clásicos de lucha de desplazamiento lateral, con una amplia gama de enemigos y un arsenal de movimientos llamativos. Sin embargo, la falta de características innovadoras o mecánicas únicas impide que Sacred Citadel destaque entre sus predecesores.
Un aspecto que merece reconocimiento es el juego cooperativo sin problemas. Sacred Citadel te permite unirte a tus amigos y enfrentarte juntos a las fuerzas del mal. El aspecto multijugador añade una capa de camaradería y emoción al juego, evocando los días de las abarrotadas salas recreativas y las sesiones de juego nocturnas con amigos.
Sin embargo, los fallos del juego no pueden pasarse por alto. Las mecánicas de combate, aunque satisfactorias al principio, se vuelven rápidamente monótonas y no proporcionan una sensación de desafío. La inteligencia artificial de los enemigos resulta poco impresionante, recurriendo a patrones predecibles que dejan poco espacio para el compromiso estratégico.
Además, la narrativa no logra cautivar y se queda corta en cuanto a contar una historia. La trama, que gira en torno a una resistencia luchando contra un imperio malvado, se siente cliché y carece de la profundidad necesaria para que los jugadores se involucren emocionalmente. Los momentos de sorpresa genuina o desarrollo de personajes son escasos, dejando al jugador con una sensación general de distanciamiento.
En general, Sacred Citadel intenta capturar la esencia de los clásicos juegos de lucha de desplazamiento lateral, pero solo logra arañar la superficie. Si bien el juego presume de impresionantes visuales y un modo multijugador cooperativo, no logra ofrecer en términos de mecánicas de juego atractivas y una narrativa cautivadora. Como entusiasta experimentado de los juegos retro, puedo apreciar el esfuerzo puesto en recrear la sensación nostálgica de los títulos clásicos, pero Sacred Citadel no logra brindar una experiencia verdaderamente memorable.