En el ámbito de los videojuegos retro, pocas cosas tienen el mismo atractivo que un juego combo que ofrece no uno, sino dos clásicos atemporales. Gauntlet y Rampart para Game Boy Advance prometen una felicidad nostálgica y, aunque ciertamente cumplen en ciertos aspectos, un entusiasta del retro gaming con criterio puede quedarse con ganas de más.
Empecemos con Gauntlet, un juego que no necesita presentación para aquellos familiarizados con la escena arcade de los años 80. La adaptación para Game Boy Advance mantiene la misma jugabilidad adictiva de exploración de mazmorras que convirtió a Gauntlet en una leyenda. Los jugadores pueden disfrutar de la emoción del trabajo en equipo, con hasta cuatro jugadores que pueden unirse utilizando el cable de enlace. La opción multijugador es sin duda una de las características más destacadas, trayendo de vuelta recuerdos de agruparse alrededor de un gabinete de arcade con amigos, cada uno luchando por obtener la codiciada puntuación más alta.
Sin embargo, la nostalgia por sí sola no puede compensar las deficiencias de Gauntlet en Game Boy Advance. Los gráficos, aunque aceptables dadas las limitaciones del hardware, carecen de la vitalidad y el detalle que hicieron que la versión de arcade original fuera visualmente cautivadora. Además, la naturaleza repetitiva de la jugabilidad puede volverse tediosa después de largas sesiones. A pesar de sus fallos, Gauntlet logra mantener su encanto y ofrece un viaje valioso por el camino de los recuerdos.
Pasando a Rampart, un juego que combina la construcción estratégica de fortalezas con batallas de artillería a ritmo acelerado. La combinación única de construcción parecida a un rompecabezas y acción frenética hizo de Rampart un título destacado en consolas y en el arcade. Si bien la versión de Game Boy Advance replica fielmente la jugabilidad central, se queda corta en ciertos aspectos.
Una de las mayores desventajas más notables de Rampart en Game Boy Advance son los gráficos poco impresionantes. La baja resolución y la paleta de colores limitada no logran capturar el espectáculo asombroso del juego original. Además, los controles pueden ser un poco torpes, dificultando la precisión necesaria para colocar paredes eficazmente y desatar un devastador fuego de cañón.
No obstante, Rampart logra ofrecer momentos de alegría y emoción, especialmente en el modo multijugador. Superar estratégicamente a los oponentes y planificar cuidadosamente tus fortificaciones todavía puede provocar esa euforia del retro gaming. Es esta corriente nostálgica la que finalmente salva a Rampart de ser considerado una decepción.
En conclusión, Gauntlet y Rampart para Game Boy Advance ofrecen una mezcla de delicias y decepciones del retro gaming. Aunque no alcanzan las mismas alturas que sus contrapartes de arcade, todavía hay valor en revivir estos títulos clásicos en un dispositivo portátil. Para aquellos que buscan una dosis de nostalgia y un sabor de la historia de los videojuegos, este juego combo satisfará esa necesidad. Sin embargo, para aquellos que anhelan la jugabilidad pulida y el esplendor visual de los originales, puede ser mejor buscar los gabinetes de arcade o las versiones para consola para tener la experiencia completa.